A esa madre afanosa
a esa que un día solloza
dijo: "Manuel, te quiero".
A esa madre afanosa
que bajo aguas torrenciales
que mojaban su existencia
con su alma en transparencia
detrás de mi andaba.
Esa madre afanosa
no dejó
que el fuego de aquella otra
borrara en su camino
pues a parir solo esta vino
un muerto que nació vivo.
A esa madre afanosa
que le apodan "mamá"
yo siempre seré su hijo
aunque se encuentre en el más allá
Su lucha por darme vida
pues otra mal agradecida
no acató la orden
que a la mujer Dios le da.
El Padre Celestial
es hoy testigo
de esas madres afanosas
que siempre llevan sus hijos
con la esperanza de su entraña
y el cuerpecito en el vientre
y defienden con uña y diente
como una fiera salvaje
hasta llegar a su destino
y dar a luz su equipaje.
A mi madre afanosa
paz y descanso a su alma
por favor Dios dale.
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