Un día lloverá
caerá la lluvia donde debió caer
en el mismo lugar
donde un día debió llover
mojarán las aves sus alas
se mojará el hombre de tristeza
se mojará el pasto y también la tierra.
Pero
un día saldrá el sol y alumbrará
donde siempre debió alumbrar
sus rayos beberán el agua
que la lluvia dejó caer
secarán las aves sus alas
para poder volar
secarán las lagrimas que al hombre
la tristeza dejo al pasar
secará el pasto
la tierra secará y se mojará de nuevo
pero esta vez de sudor
sudor del hacha y el machete
justo en las manos del hombre labrando el huerto
que un día no labró
sembrando un árbol
que un día no sembró.
Un día retoñará la risa
en la boca del hombre
cuando vea un árbol florecer
y arrodillado ante Dios rezará
para que le permita ver el árbol
parir frutos de su entraña
y de ese fruto
comerán sus hijos, su mujer
y su esperanza.
Un día al atardecer
al pie del ocaso
un ave entrará en su morada
en su lecho
y el hombre se alegrará
al oír la lluvia sobre su jacal
y sobre su sudor eterno
de tanto trabajar.
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